8 señales de que la ansiedad está durando demasiado

Los trastornos de ansiedad y los estados de ansiedad son unos de los problemas que más afectan hoy en día a las personas en cualquiera de los ámbitos de su vida, ya sea debido a causas laborales, familiares, escolares, sentimentales o por problemas de cualquier índole.

Este tipo de trastornos están caracterizados por la experimentación de emociones como ansiedad y miedo, donde la ansiedad es entendida como una preocupación por los eventos futuros y el miedo se refiere más a la reacción emocional sobre un evento actual.

Asimismo, es vital considerar la ansiedad como un estado de miedo prolongado en el tiempo, ya que en general, las personas que tienen miedo a los acontecimientos que puedan ocurrir en el futuro, anticipan y experimentan el sufrimiento (emoción de miedo) hasta que llega dicho acontecimiento o circunstancia. Por ejemplo: ansiedad ante una reunión importante de trabajo. La persona siente ansiedad o agitación varios días o incluso semanas antes de que tenga lugar dicha reunión y en ocasiones se hacen intentos por evitar asistir a la reunión o participar en ella. El estado de miedo es prolongado en el tiempo.

Las personas que padecen ansiedad crónica o aguda, suelen afirmar que debido a ello sienten frustración y un estado de agotamiento elevados. Para todo el que la experimenta, la ansiedad conlleva un gasto de energía importante, debido en un primer momento, a los pensamientos automáticos acerca del miedo (los cuales juegan el papel más importante), y que por otra parte se genera un posterior desgaste físico debido a las implicaciones fisiológicas involucradas en la emoción de miedo en un estado prolongado. Este agotamiento y la preocupación excesiva por algo que aún no ha ocurrido y que no sabemos si ocurrirá, es lo que produce una fuerte frustración en la persona.

A continuación se van a mencionar 8 señales de ansiedad que no deberías ignorar, ya que pueden indicar que es de larga duración o crónica:

 1. DOLOR MUSCULAR.

Como se ha comentado anteriormente, es posible manifestar síntomas físicos no deseados debido a la ansiedad, entre los cuales, el dolor muscular puede ser un indicativo de la cronicidad de la ansiedad. Uno de los nexos más próximos es que este tipo de dolor se produce debido al estrés, ya que el estrés puede causar de forma directa el dolor en los músculos mediante la inflamación de éstos.

 2. DOLORES DE CABEZA.

Otra señal física son los dolores de cabeza frecuentes, ya que la tensión muscular producida por el estrés, incluye los músculos de la cabeza. Bebidas que contengan cafeína, como el café o el té, pueden incrementar este síntoma.

3. FATIGA.

Se da en cualquier tipo de ansiedad, pero no queda exenta en la ansiedad crónica. La fatiga concretamente, se genera a causa de la tensión creada a partir de la ansiedad que debilita las glándulas suprarrenales, las cuales desempeñan un papel crítico en el mantenimiento de equilibrio general en el cuerpo.

4. ANSIA DE AZÚCAR O ALIMENTOS RICOS EN ALMIDÓN.

Cuando nos encontramos en una situación estresante o de ansiedad, el azúcar propicia los sentimientos de calma antes de que lleguemos al desbordamiento y el descontrol de nuestras emociones, sin embargo, es inflamatorio además de contribuir al aumento de peso, lo que puede ser muy perjudicial en los casos en los que la ansiedad se vuelva crónica.

 5. PROBLEMAS DIGESTIVOS.

Señales como la mala digestión y el Síndrome de Colon Irritable están directamente relacionados con la ansiedad y el estrés crónicos, siendo además muy notable cuando nos encontramos en épocas de gran activación.

6. MAL HUMOR E IRRITABILIDAD.

Debido a los pensamientos de temor y de preocupación que se producen de forma repetida y automática, cuando estamos pasando por estados de ansiedad o estrés, nos sentimos con menos paciencia para soportar cualquier inconveniente de la vida diaria o para sobrellevar actividades que requieran de nuestra atención. Por lo que hay un mayor número de detonantes de nuestro mal humor que si nos encontráramos en un estado psicológico óptimo, es decir, sin estrés crónico.

 7. PROBLEMAS DEL SUEÑO.

Cuando el cerebro está en continua estimulación es más difícil lograr un estado de relajación de la mente y por lo tanto, cuando alcanzar esta relajación se vuelve complicado, así es también con la conciliación del sueño. Pueden producirse dificultades como las siguientes: incapacidad para conciliar el sueño, despertarse a mitad de la noche y no poder volver a dormir, despertarse varias veces durante la noche no completando los ciclos del sueño… Esto genera agotamiento en la persona.

  8. FOCALIZACIÓN EN LOS PROBLEMAS.

Se generan dificultades a la hora de concentrar la atención en las actividades en las que necesitamos rendir de manera adecuada o solucionar problemas, incrementándose la atención sobre los pensamientos de temor o el problema en cuestión.

Es importante comentar por último, que si estás padeciendo alguno de estos síntomas, es probable que estés experimentando la ansiedad o el estrés de forma crónica, sin embargo, hay diversas soluciones para ello como, la terapia psicológica, el ejercicio físico y una buena higiene del sueño, entre otras cosas son lo más recomendado.