Cómo aumentar la capacidad para superar los obstáculos

Cuando nos referimos a la capacidad para superar los obstáculos en una sola palabra, decimos “resiliencia”, es decir, tener resiliencia ante una situación problemática o de conflicto, o ser una persona resiliente. Otro factor importante que hay que tener en cuenta a la hora de considerar la resiliencia es que a partir de que se ha superado una dificultad o trauma, la persona suele obtener uno o varios aprendizajes de ello, lo cual contribuye al crecimiento y desarrollo personal y con ello se puede esperar una mayor consecución de los objetivos que se ha propuesto la persona.

Consideramos entonces que la resiliencia es un factor imprescindible para nuestras experiencias ya que tiene una relación directa con la manera en las que nos enfrentamos a todos los problemas que surgen en la vida, de diferentes niveles de impacto emocional y gravedad, pudiendo intervenir en problemáticas de estrés, ansiedad, depresión, habilidades sociales, fobias, traumas, duelo, entre lo que podría ser una larga lista. Y no sólo tiene utilidad para superar los problemas, sino que por ello, contribuye a que se consigan los objetivos planteados, como se ha hecho referencia anteriormente.

 

¿Se puede aprender a desarrollar esta capacidad?

Como el mismo título de este artículo indica, sí es posible aprender y desarrollar la resiliencia de cada persona, ya que como muchas otras capacidades puede aprenderse desde cero o puede mejorarse con ciertas indicaciones y entrenamiento.

El primer paso para ser una persona con resiliencia o con más resiliencia es considerar la premisa fundamental, que consiste en  “levantarse cada vez que uno cae”, de no rendirse ante la adversidad, de no abandonar y afrontar los problemas para resolverlos, por muchas dificultades que se presenten.

Es aquí donde el optimismo inteligente (no un optimismo ilusorio o no realista) juega su papel más importante, permitiendo que generemos diferentes opciones enfocando los pensamientos en la solución del problema en la medida de lo posible, ya sea que dicho problema requiera una solución inminente o más improvisada, e incluso una solución que permita un tiempo de reflexión.

Por lo tanto, para poder desarrollar la capacidad necesaria para superar los obstáculos de la manera más productiva y menos perjudicial posible, es necesario seguir los siguientes pasos:

  • Aceptar el cambio: es fundamental encontrar maneras de sobrellevar el cambio de una manera confortable, ya que normalmente las personas solemos mostrar una fuerte resistencia al cambio. Algo imprescindible en este punto es el control de las emociones.

 

  • Conviértete en un aprendiz permanente: aprende nuevas habilidades, adquiere nuevos conocimientos y aplícalos en los tiempos de cambio.

 

  • Hazte cargo de: encárgate de tu propia carrera y tu propio desarrollo. Ser consciente de que tus objetivos serán conseguidos a partir de tus decisiones y esfuerzo y actuar en base a ello.

 

  • Encuentra tu sentido del propósito: será necesario evaluar los contratiempos dentro del marco de una perspectiva más amplia, de una forma analítica, objetiva y realista.

 

  • Presta atención a tu propia identidad: desde el ámbito más personal, aparte de tu trabajo. Para ello, desarrollar un autoconcepto claro será de gran utilidad.

 

  • Cultiva relaciones: desarrolla y nutre una amplia red de relaciones personales y profesionales. En este sentido las habilidades sociales de diferentes tipos son la clave.

 

  • Reflexiona: la reflexión fomenta el aprendizaje, nuevas perspectivas y una autoconciencia. Sin embargo, el hecho de reflexionar no debe hacer caer a la persona en pensamientos circulares y repetitivos que no llevan a la solución de ninguna situación y pueden empeorarla.

 

  • Aplica tus habilidades: replantéate cómo ves tus habilidades, talentos e intereses, en base a tus necesidades y objetivos.

 

Para llevar a cabo los pasos que se han mencionado es fundamental tener una buena conciencia de uno mismo y una motivación que propicie el realizar hábitos que tal vez no estén instaurados, además de que es probable que algunos de los puntos comentados tengan que ser aprendidos para desarrollar una resiliencia óptima.

En este sentido la figura del psicólogo es de gran importancia, ya que será la persona más capacitada para fomentar el desarrollo o el incremento de la resiliencia en la persona, es decir, adecuando el plan a las necesidades, características y preferencias personales.